El Desing Thinking es una metodología de trabajo que tiene como objetivo encontrar soluciones innovadoras a los problemas de los clientes. Para ello, se centra en conocerlos en profundidad. Sin embargo, no siempre lo que el cliente busca es lo que realmente necesita para solucionar su problema. Por este motivo, esta metodología pretende identificar las necesidades para ofrecerles a los clientes soluciones útiles.
El origen de la metodología Design Thinking
Existe una división de opiniones a la hora de atribuir el origen de la metodología Design Thinking a una persona. Por un lado, se encuentran aquellos que la atribuyen a David Kelley, el creador del primer ratón para Apple y cofundador de IDEO.
Sin embargo, la gran mayoría identifica como precursor del Design Thinking a Tim Brown, CEO de IDEO y profesor de Ingeniería en la Universidad de Stanford (California) que en 2008 utilizó por primera el termino Design Thinking en el artículo publicado por la Harvard Business Review. La génesis de esta metodología viene de mucho más atrás, en concreto del 1919 de la escuela de diseño, artesanía, arte y arquitectura de la Bauhaus, fundada por Walter Gropius, que pretende reformar la sociedad alemana, tras perder la Primera Guerra Mundial.
Los objetivos de Bauhaus
Los objetivos de la escuela eran la recuperación de los métodos artesanales de producción. Querían que la artesanía se equiparará con las bellas artes y sobre todo deseaban que sus producciones, sus objetos fueran asequibles para la población en general.
Algunos de los integrantes de la escuela Bauhaus más ilustres, a parte del propio fundador, el arquitecto Walter Gropius, fueron el pintor Vasili Kandinsky y el arquitecto y diseñador industrial Mies Van Der Rohe.
La escuela Bauhaus sentó las bases de lo que hoy conocemos como diseño gráfico y diseño industrial. Una de las máximas de la escuela de la Bauhaus era que la forma sigue a la función, es decir, se diseñan los objetos en base a la función que van a desempeñar.
No se busca la belleza por la belleza, sino que un objeto debe ser ante todo “útil”, debe estar hecho pensando en la funcionalidad que se le va a dar. Este proceso creativo no era individual, sino que tenían un carácter “cocreativo”, gracias a propiciar la interacción entre escuela y sociedad.
Por qué es tan importante
El Design Thinking toma de la escuela Bauhaus las máximas de generar “utilidad/valor” y la “cocreación con las potenciales personas usuarias”, a través de un proceso dividido en 5 etapas, donde se coloca a la persona usuaria en el centro del proceso de innovación, no de una forma aislada, sino en un contexto del que se pueden extraer necesidades y áreas de oportunidad, a las que se llaman “insights” (etapa empatía).
Una vez conocidas las necesidades de las personas usuarias se aplican técnicas de diseño participativo, con el objeto de identificar aquellas ideas que generen más “valor”, hasta llegar a reconocer con ello el problema central que se pretende resolver (etapa definición).
Después, se converge, poniendo el foco en lo que se quiere resolver, se pasa a un proceso divergente que tiene objeto recopilar la mayor cantidad de ideas que puedan solucionar ese problema (etapa ideación).
Concluida esta etapa, es necesario volver a converger, seleccionando y poniendo el foco en aquellas ideas que le generen mayor valor a las personas usuarias y sean más viables desde el punto técnico y económico, para finalmente prototiparlas (etapa prototipadao) y probarlas con las personas usuarias con el objeto de encontrar debilidades que podamos corregir y mejoras que podamos implementar, antes de lanzar un producto al mercado (etapa testeo).
Otras metodologías, para el desarrollo de proyectos innovadores como Kaos Pilot o User Expirence, también están inspiradas en el movimiento Bauhaus, y a su vez, beben también del design thinking.