El turismo es, sin duda, una de las mayores fuentes generadoras de empleo, de estímulo a la inversión y de crecimiento económico. Supone uno de los principales motores de desarrollo y uno de los sectores que más contribuye porcentualmente al PIB en muchos países.
Pero la actividad turística, además de impactar en la economía de los destinos, tiene implicaciones sociales, culturales y ambientales que afectan tanto a la población local como a los espacios turísticos. Así, en los últimos años, términos como turismofobia y overtoruism se han vuelto muy recurrentes para manifestar los cambios e impactos causados por el creciente flujo de visitantes en los destinos turísticos y en sus habitantes.
Turismofobia y overtourism
Al hablar de los conflictos derivados de la masificación turística, tal vez el caso más emblemático sea el de Venecia, que da nombre al conocido Síndrome de Venecia. Por su relevancia, este fenómeno se refiere a aquellos lugares en los que la masificación turística es tal que genera malestar en las comunidades locales.
Un repaso a las publicaciones recientes en prensa parece apuntar que más destinos turísticos se han “infectado” de este síndrome. Ciudades como Roma, Berlín o Ámsterdam denuncian problemas derivados de la ausencia de planificación turística. Tampoco España está exenta de este tipo de polémicas; además de Barcelona, los archipiélagos o ciudades como Málaga y Sevilla se también se han visto envueltas en debates que ponen de manifiesto el malestar de la población con la deriva del sector turístico.
En contraposición a este sentimiento de descontento, cada vez más profesionales del turismo apuestan por la turismofilia, una corriente menos polémica por silenciosa, que pretende el crecimiento responsable del turismo a través de la integración de los visitantes en la comunidad local y la transición cara un modelo más respetuoso con el medio y con los destinos. En definitiva, este movimiento busca la aplicación de la sostenibilidad integral y defiende que el turismo, gestionado de la manera adecuada, más que un problema para las sociedades puede, y debe, ser una solución.
¿Cómo el turismo sostenible puede mejorar la calidad de vida de los destinos?
Indudablemente, en el contexto actual se hace imprescindible la transición hacia un modo de viajar más sostenible, que sea capaz de impactar positivamente en los destinos y, consecuentemente, recuperar el sentimiento de satisfacción y orgullo de la población local.
Si bien es cierto que la industria de los viajes tiene un importante impacto en la economía y en el empleo, para que esta aportación sea positiva es preciso que la gestión del sector atienda a criterios de sostenibilidad. Y es que el turismo sostenible supone importantes beneficios para la población y para el territorio:
- Comencemos por la sostenibilidad medioambiental: Cuando la planificación es adecuada, la llegada de turistas más que un perjuicio, puede suponer el motivo para conservar y proteger los recursos naturales estableciendo estándares de calidad medioambientales adaptados a la realidad de cada lugar.
- Además, repercute positivamente en la puesta en valor, la conservación y la recuperación del patrimonio y, al hablar de entornos urbanos, puede potenciar la reutilización de arquitecturas o diseños tradicionales e históricos.
- El turismo también deja huella en la sociedad y en la cultura: la llegada de viajeros interesados en el modo de vida local impulsa el intercambio cultural, fomenta el conocimiento de la cultura de la zona, revitaliza las tradiciones y mejora la imagen de la comunidad. Por todo ello, la gestión sostenible de estos recursos favorece el orgullo y potencia la identidad cultural y de pertenencia.
- Incentiva la inversión en infraestructuras, en ocio o en transporte y servicios públicos de los que se beneficiarán se tanto los residentes como los visitantes.
- En entornos rurales, la actividad turística contribuye al reto demográfico al impulsar la creación de empleo y el aumento del consumo en el comercio local.
Transformar un destino turístico en sostenible
No existe una fórmula exacta que permita transformar los modelos turísticos y convertirlos en sostenibles, pero sí pueden seguirse una serie de pautas que facilitarán el desarrollo de las adecuadas estrategias de planificación turística:
- Realizar un diagnóstico inicial: puede parecer un tema menor, pero el análisis estratégico de la realidad del destino es esencial para desarrollar cualquier estrategia. Debe darse respuesta a las preguntas «¿qué somos?», «¿dónde estamos?» y «¿dónde queremos estar?».
- Dar voz a todos los agentes implicados: las estrategias de planificación turística deben tener una mirada plural y amplia, para lo que es necesario escuchar a los diferentes agentes implicados: cadena de valor empresarial, entidades públicas, agentes formativos, expertos en diferentes ramas…
- Incluir a la población local: los residentes juegan un papel esencial, por lo que es importante trabajar por mejorar la percepción que estos tienen sobre el turismo y que conozcan las bondades del sector. Para que la planificación turística sea sostenible, debe tener en consideración los impactos que tiene en la vida cotidiana de los locales.
- Definir las líneas de actuación: es importante identificar los retos a los que el destino se enfrentará de cara los próximos años, así como los pasos a seguir para abordarlos. La hoja de ruta debe ser realista y ajustarse a la realidad del destino. La preparación de informes científicos o el apoyo de expertos y personalidades serán esenciales para abordar los retos definidos.
- Establecer indicadores cuantitativos y cualitativos: la sostenibilidad turística implica la integración de medidores que vayan mas allá del número de viajeros. El éxito del modelo debe medirse a través del grado de calidad de los servicios prestados, el bienestar de la población, el cuidado del medio o la capacidad para recuperar la cultura y las tradiciones locales.
En EOSA estamos convencidos de que el futuro del turismo pasa por la transformación hacia un modelo más sostenible, capaz de mejorar la calidad de vida de la población. Trabajamos para construir un sector más respetuoso con nuestra tierra y con nuestras gentes. Hemos desarrollado diferentes Planes de Sostenibilidad Turística en Destino, enmarcados en el componente 14 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Además, como oficina técnica del Clúster de Turismo de Galicia, trabajamos en el desarrollo del club de producto Galicia Destino Sostible, un hub que aglutina la oferta turística sostenible existente en la comunidad en un único portal, lo que permite poner en contacto de forma sencilla a empresas y viajeros y faciltia el acceso a cualquier tipo de actividad turística en Galicia. Además, para asegurar el grado de compromiso de las empresas adheridas, se han establecido una serie de criterios de adhesión, que incluyen certificaciones turísticas, la economía circular o medidas de eficiencia energética.
Esta iniciativa es un claro ejemplo del compromiso que está desarrollando el sector turístico gallego con un nuevo modelo de viajar: en EOSA defendemos un turismo que ponga en valor la cultura y tradiciones locales, que favorezca la conservación de recursos patrimoniales y naturales, que facilite la convivencia entre locales y visitantes y que represente los valores de acogida y hospitalidad.