La renaturalización urbana como estrategia para lograr ciudades más sostenibles y habitables

El crecimiento urbano que se ha llevado a cabo en España se ha caracterizado por un crecimiento rápido y a menudo desordenado, especialmente a partir de los años 70 del siglo pasado hasta principios del siglo XXI. Este crecimiento ha tenido un impacto significativo en las zonas naturales, lo que ha llevado en muchos casos a la degradación de los ecosistemas próximos y la reducción de áreas verdes en los entornos urbanos y periurbanos.

Todos conocemos ejemplos de ciudades y pueblos en los que se han urbanizado márgenes de ríos o se han soterrado directamente, en los que se han rellenado marismas o junqueras para colocar equipamientos públicos o que cuentan con frentes marítimos urbanizados intensamente.

La dimensión verde en la planificación urbana

Todo ello ha sido consecuencia de una insuficiente planificación verde, pese a la existencia de normativas ambientales, en donde las áreas naturales a menudo se sacrificaban en favor de proyectos inmobiliarios, de equipamientos públicos o de infraestructura viaria. Como consecuencia la biodiversidad local se ha reducido y se ha generado un impacto negativo en la propia habitabilidad de los entornos urbanos.

Las áreas urbanas son los territorios que hoy en día concentran la mayor parte de la población española, tendencia que se verá acrecentada en las próximas décadas, por lo que es necesario mejorar el medio ambiente urbano y con ello aumentar los beneficios que ello reporta (servicios ecosistémicos) para conseguir ciudades y pueblos más saludables y con una mejor capacidad (resiliencia) para hacer frente a los desafíos derivados del cambio climático.

Como consecuencia del desarrollo urbano llevado a cabo las áreas urbanas tienden a tener temperaturas más elevadas que en su entorno, poseen un mayor riesgo de inundación debido, entre otros factores, al elevado grado de impermeabilidad del suelo y cuentan con una peor calidad del aire por la concentración de emisiones contaminantes.

Renaturalización urbana

La renaturalización urbana es un proceso que conlleva una planificación y una gestión del territorio con el objetivo de reintroducir elementos naturales en los entornos urbanos. Su finalidad última es mejorar la calidad de vida de la ciudadanía y lograr ciudades más sostenibles, en definitiva, más habitables. Este concepto abarca la restauración y creación de espacios verdes, así como la promoción de la biodiversidad local.

Algunos ejemplos de renaturalización son la recuperación de ríos urbanos y la creación de corredores verdes, con el fin de potenciar los procesos ecológicos en la planificación urbana o la rehabilitación de zonas degradadas según criterios ambientales, entre otras intervenciones.

Pero también puede estar presente en intervenciones urbanas más cotidianas, como es la reforma de una calle o de cualquier otro espacio público que se reforme incorporando la dimensión “verde” como un elemento clave junto con otros, como son la accesibilidad o la movilidad sostenible.

En otras palabras, la presencia de la naturaleza en una reforma urbana no debe limitarse a la plantación de árboles, muchas veces no adecuados para la zona y confinados en alcorques pequeños y adoquinados. En su lugar, debe integrarse de manera destacada, como por ejemplo mediante alcorques vivos o jardines de lluvia que faciliten la infiltración del agua de lluvia, o seleccionado el arbolado adecuado que ayude a reducir el calor de una calle orientada al sur en verano pero que permita el paso del sol en invierno y así calentar de forma natural las viviendas.

¿Qué es una infraestructura verde?

La infraestructura verde es un concepto estrechamente relacionado con la renaturalización urbana. Está formada por zonas verdes y azules interconectadas que se planifican estratégicamente y que utilizan la naturaleza para abordar desafíos urbanos, en contraposición de las infraestructuras grises. En las zonas urbanas están formadas por parques, arbolado urbano, ríos, tejados o muros verdes y otros espacios naturales.

También se consideran infraestructuras verdes los jardines de lluvia que contribuyen a reducir la escorrentía y mejorar la permeabilidad urbana, al igual que cuando se planifican áreas de aparcamiento con pavimentos permeables y arbolado de sombra. Cuando en las inmediaciones de un río se recuperan las zonas próximas como áreas verdes inundables que ayuden a regular las avenidas del río en momentos de lluvia intensa, también estamos hablando de una infraestructura verde.

Por lo tanto, la habitabilidad de los entornos urbanos está intrínsicamente ligada a la renaturalización. Además, está demostrado científicamente la relación entre los espacios verdes y la salud física y mental de las personas contribuye a reducir el estrés y al bienestar general.

Una prioridad presente en la agenda política

La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ponen el acento en lograr ciudades más sostenibles, al igual que la Unión Europea. La Estrategia europea sobre la Biodiversidad 2030 reconoce la importancia de potenciar el papel de las autoridades urbanas para que se aborden políticas efectivas en favor de la renaturalización y la biodiversidad de los espacios urbanos, instando a aquellas de más de 20.000 habitantes a que elaboren estrategias de renaturalización. Ciudades como A Coruña han desarrollado recientemente su estrategia de renaturalización y adaptación al cambio climático “Coruña Verdea” contando con EOSA para su elaboración.

Actualmente, la Comisión Europea, a través de la European Urban Initiative, está dando pasos importantes para impulsar el reverdecimiento urbano de las ciudades y su transición verde al poner en marcha el Partnership Greening Cities. En este partenariado participan entidades y ciudades de toda Europa y desde EOSA estamos acompañando a la ciudad de Pontevedra en la coordinación de uno de los grupos de trabajo, concretamente para la definición de un sistema de indicadores europeo para evaluar la implementación de los planes de renaturalización urbana. La aprobación reciente de la Ley de restauración de la Naturaleza por parte de la Unión Europea también plantea objetivos de reverdecimiento y no pérdida de espacios verdes en las ciudades.

A nivel español la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde, de la Conectividad y Restauración Ecológicas reconoce el papel de las autoridades locales en la delimitación e identificación de los elementos de la infraestructura verde en su ámbito de actuación, a su planificación y gestión.

Bajo este contexto desde EOSA hemos colaborado en la presentación del proyecto “Green – GAP: Impulso de las infraestructuras verdes locales para la restauración de la biodiversidad, la renaturalización de las zonas urbanas y rurales de Galicia y el Norte de Portugal”, aprobado por el programa Interreg España – Portugal (POCTEP) y en el que participan diversas entidades gallegas y portuguesas, lideradas por el Instituto de Estudios del Territorio de la Xunta de Galicia con la finalidad de potenciar el papel de las autoridades locales en el desarrollo de políticas de renaturalización y conservación de la naturaleza, tanto desde la planificación como mediante el desarrollo de proyectos piloto.

Oportunidades de financiación para la renaturalización urbana

Cada vez son más las oportunidades que las entidades urbanas tienen para financiar proyectos de renaturalización urbana. La Fundación Biodiversidad, que depende del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, lanzó dos convocatorias en los años 2021 y 2022 financiadas por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para financiar proyectos de renaturalización urbana y resiliencia de ciudades de más de 50.000 habitantes.

Pontevedra y Santiago de Compostela presentaron sendos proyectos con la colaboración de EOSA, siendo los 2 únicos aprobados en Galicia. Actualmente se encuentran en ejecución con una inversión conjunta próxima a los 8 millones de euros.

Se prevé que durante el verano del año 2024 la Fundación Biodiversidad lance una nueva convocatoria, esta vez financiada con los fondos FEDER.

Los entornos urbanos también tienen una importante oportunidad para financiar proyectos de renaturalización en la próxima convocatoria nacional para la implantación de Estrategias Territoriales Integradas (ETI), orientadas a apoyar la financiación de proyectos de desarrollo urbano sostenible. Las ETI, son la evolución de las anteriores Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI) y desde EOSA contamos con una amplia experiencia en la preparación y gestión de proyectos de esta naturaleza.

Como vemos, la renaturalización y el reverdecimiento urbano son claves para lograr entornos urbanos más amables, integrados con la naturaleza y más resilientes a los efectos del cambio climático y en paralelo contribuyen a mejorar la salud de la ciudadanía. Tener un espacio verde de calidad accesible es una demanda cada vez mayor de la ciudadanía y las políticas públicas e instrumentos de financiación ofrecen oportunidades para que las autoridades urbanas puedan incorporar en su visión de ciudad iniciativas y proyectos en este sentido. Es el momento de apostar por el verde urbano.

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Luis Touriño Guerra.
Gerente del área de Innovación, Sostenibilidad y Transición Verde