Aún está muy reciente la resolución de la tercera y última convocatoria de los planes de sostenibilidad turística en destino (PSTD) y creo que es el momento oportuno de hacer un primer balance de lo que han supuesto estos dos años de convocatorias.
Si bien se han utilizado tres ejercicios económicos (21, 22 y 23), la gestión del Plan de recuperación exige celeridad y, no obstante, las tres convocatorias se han gestionado en un lapso temporal de menos de dos años, iniciándose en septiembre de 2021 con el lanzamiento de la primera ronda y finalizando el presente mes de mayo de 2023 con la resolución de la tercera. Es la primera vez que veo este ritmo en convocatorias de concurrencia. Primer punto a favor. En total se han destinado más de 1800 millones de euros destinados, en su mayor parte, a destinos de carácter local –Municipios, Diputaciones y otras entidades locales gestoras de Destinos Turísticos–, así como a las propias comunidades autónomas a través de las Acciones de Cohesión en Destino (ACD).
Voy a realizar una analogía con un partido de fútbol, donde la primera parte que hemos jugado es la fase de convocatorias, y la segunda será la de ejecución. Será por el clima electoral del 28M que lo ha impregnado todo, pero realmente tengo la sensación de estar en el descanso. Al final se entenderá mejor.
Aspectos positivos en las convocatorias de PSTD
Tengo que decir que en este primer tiempo el despliegue de los jugadores en el campo ha sido muy bueno. Por ello, vamos a repasar los aspectos positivos de las convocatorias de Planes de Sostenibilidad Turística en Destino.
La «lluvia de millones» ha cubierto todo el territorio nacional, destinos maduros y destinos emergentes, urbanos y rurales, de litoral e interior. Esta capilaridad es siempre positiva debido a que facilita un desarrollo turístico más homogéneo a escala territorial y global.
Distribuir el componente 14 en menos de dos años, con esa cantidad tan importante y con una participación activa de los destinos no era una tarea fácil, pero se ha superado con nota. En total, se han aprobado 169 proyectos en la primera convocatoria, 196 en la segunda y 175 en la tercera, 540 proyectos en total, lo que nos da una inversión media por destino de casi 3,5 millones para ejecutar en 3 años. Es una cantidad muy importante y que realmente puede impulsar un proceso transformador de nuestro modelo turístico.
La estrategia que subyace en este modelo es tremendamente positiva. Después de muchos años trabajando en proyectos con fondos europeos y haber gestionado planes de excelencia y dinamización turística, echaba en falta en los proyectos turísticos las posibilidades que ofrecían otros fondos como las Estrategias EDUSI en el marco del desarrollo urbano.
En estos planes extraordinarios, todos ellos deben destinar un mínimo del 15 % a la transición verde y sostenible, un 20 % a medidas de eficiencia energética y un 10 % a la transformación digital. Multipliquen por los 1 858 millones de euros y las cifras son realmente importantes para avanzar en la transformación sostenible, verde y digital.
Una visión más allá de las cifras de los PSTD
Mas allá de las cifras absolutas y la forma, me parece más sugerente el fondo. Por ejemplo, vamos a poder cruzar la estrategia turística de nuestros municipios con los planes de infraestructura verde, o acceder a la rehabilitación energética de muchas infraestructuras turísticas muy antiguas (museos, centros de información turística, centros expositivos…) y, por lo tanto, poco eficientes desde el punto de vista energético.
Y me encanta la idea de apostar por una movilidad peatonal y ciclista, mucho más próxima al turismo slow y de calidad que deseamos en nuestros destinos.
Incluso los énfasis realizados por la SETUR a través de los planes nacionales de sostenibilidad turística me han parecido muy razonables, incidiendo en factores que nos hacen diferentes, únicos y singulares en el mapa internacional: el camino de Santiago y el Año Santo, que ya tenemos el 2027 a las puertas; nuestra impresionante gastronomía; y, por último, Sol, playa y turismo azul, tanto en litoral como en aguas interiores.
En este sentido, los objetivos del componente 14 del PRTR conllevan el desarrollo de las Directrices Generales de la Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030 y el cumplimiento en la política turística de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Hasta aquí las luces. Al principio del artículo hablaba de que nos encontramos en el descanso de un partido que terminará en el año 2026 y la primera parte se ha jugado bien, no hay ninguna duda. Pero ahora toca jugar la segunda parte: la ejecución. Sin ánimo de ser alarmista, repaso a continuación algunas situaciones detectadas con el ánimo de prestar especial atención en los próximos meses y poder corregir a tiempo la estrategia aprobada o bien reforzar aquellas áreas de mejora de las propuestas.
La ejecución de los PSTD: las primeras sombras de los planes de sostenibilidad turística
Como siempre, invertimos mucho esfuerzo y recursos en la fase de candidatura, pero prestamos menos atención una vez superada la prueba y conseguida la subvención.
De los planes aprobados en 2021, la mayor parte de ellos no han arrancado. Solo bien entrado este 2023 aparecen las primeras licitaciones de los proyectos aprobados durante el año 2021 en los perfiles de contratación. ¿Se necesita más de un año para arrancar las primeras licitaciones?
El otro día también me fijé en una licitación de un pequeño ayuntamiento que era receptor de estos fondos y que solicitaba en las instrucciones de licitación la entrega en papel de las ofertas y por registro físico. Tiene menos de 2 000 habitantes y ha recibido una inyección de más de 1,5 millones de euros. Con la complejidad que supone la gestión del PRTR, ¿están realmente capacitadas estas entidades beneficiarias?
Recordemos que, en la mayoría de casos, el presupuesto de asistencia técnica o contratación de personal se ha topado con el límite del 4 % del presupuesto total del proyecto. ¿Por qué siempre ese empeño en acotar una parte importante y necesaria para el impulso de los proyectos financiados con fondos europeos?. El esfuerzo necesario para arrancar estos proyectos depende tanto del tipo de proyecto y la convocatoria como del tipo y tamaño de entidad que lo promueve.
Fijémonos que, normalmente, la primera licitación que se realiza es la asistencia técnica y que los importes son muy diferentes con tareas y presupuestos prácticamente iguales, incluso en entidades que no tienen una estructura especializada en turismo y/o gestión de fondos europeos.
También han resultado beneficiarias algunas entidades como los Grupos de Desarrollo Rural (GDR) que, al no disponer de la condición de entidad local, ni de las figuras de control propias de las entidades públicas (son Poderes Adjudicadores pero no Administraciones Públicas, también denominados PANAPS), estoy convencido que va a derivar en una mayor complejidad y lentitud en la ejecución de sus proyectos de sostenibilidad turística, especialmente en el arranque.
Aunque tenemos todo el segundo tiempo por delante, mucho me temo que este partido no tiene capacidad de establecer prórrogas por la propia naturaleza del PRTR. Ojalá me equivoque.
Las contradicciones de este tipo de programas: una reflexión
¿Todos los proyectos incluidos disponen de proyectos técnicos para su ejecución? ¿Están suficientemente maduros? He aquí una de las principales contradicciones del programa. La innovación y la transformación, hacer las cosas de otra forma, requiere tiempo y esfuerzo y, por otro lado, necesito rapidez y proyectos técnicos maduros en cartera que, como mínimo, habrá que adaptar para el cumplimiento de las etiquetas climáticas.
Muchas entidades, en especial los destinos locales, están recibiendo otras inyecciones de dinero a través de proyectos europeos y en especial del PRTR.
En este sentido, hablo de diferentes convocatorias que permiten implementar soluciones similares en los destinos: PIREP en la rehabilitación energética de edificios, proyectos de movilidad peatonal y ciclista y, especialmente, soluciones TIC que se incluyen en proyectos de transformación digital de las Administraciones Públicas o en acciones de Smart DTI.
Y algunas entidades han incluido proyectos de sostenibilidad turística similares, a veces el mismo proyecto por ser maduro, en las diferentes convocatorias, con tan buena suerte que se han concedido los dos. A ver cómo se deshace el nudo…
Mención especial merecen las necesidades de interoperabilidad que deberán tener las múltiples plataformas de datos turísticos y observatorios de destino que se van a crear en los destinos al amparo del eje 3 de los PSTD. Aparece, por tanto, una nueva tarea a tener en cuenta y que pasa necesariamente portrabajar en la «interoperabilidad» con la futura Plataforma Inteligente Destino (PID) que desarrollará Segittur en los próximos meses.
Se debe prestar atención a los indicadores y a las etiquetas climáticas. En la primera y segunda convocatoria eran solo tres (035, 050 y 073). Para la tercera, ya se incluyó una amplia colección de etiquetas. En muchos casos, que una actuación tuviera una etiqueta u otra dependía de cómo la orientaras en la redacción, pero podía convertirse en una etiqueta del 40 % o una del 100 %.
Por otros proyectos elaborados por Eosa en el área de Sostenibilidad y transición verde, los proyectos de regeneración ambiental con etiqueta del 100 % son complejos y rigurosos en la implementación. Espero que se haya entendido bien para la elaboración de los proyectos técnicos y, si no, habrá que revisarlos con la mayor atención, en especial los asociados a etiquetas climáticas 035 y 037.
Seguimos avanzando y con ganas de jugar el segundo tiempo.
No vamos a pararnos demasiado en mirar hacia atrás y ver los retrasos en la puesta en marcha de Coffee o en toda la carga administrativa, sistemas antifraude incluidos, que conlleva la gestión de proyectos PRTR para muchas entidades.
Son las reglas del juego. Si no te gustan, no tienes por qué jugar.
¡Que comience la segunda parte!